Reus Shemale Escort Review: Nuria Lewinsky en Valencia, explosiva y cuerpazo de escándalo.
Autor: badmotor2008
Hace tiempo que Nuria Lewinsky me ponía. Y mucho. Tiene un cuerpazo de escándalo y una mirada que incita al pecado. Además, su evolución con los años es algo espectacular. Nuria está cada día más buena. En sus escenas porno está cañón. Ahora, se sale. Por otro lado, sus referencias aquí y en otras páginas eran buenas. Tarde o temprano nuestros caminos se cruzarían. Lo que aquí relato pasó hace justo un mes.
Estoy pasando unos días cerca de Valencia. Es el momento de conocerla. Marco su número y contesta a la primera. Nuria se muestra correcta y un tanto seria. Explica sus servicios y resuelve mis dudas, pero lo hace sin demasiada emoción. Supongo que pensará que no voy a ir a verla. Se equivoca. Me gusta la seguridad que transmite al hablar. Le digo que volveré a llama el día siguiente para cerrar la cita. Lo haré una hora antes, el tiempo que necesito para desplazarme en coche hasta Valencia.
Tercer martes de abril. Media tarde. Una vez estoy listo, marco su número y confirmo la cita. Le digo que quiero pasar una hora con ella. Eso lo tengo claro. Por el camino, nervios y excitación. Como toda primera vez con una chica. Intuyo que irá bien, aunque al teléfono sigue mostrando una cara seria. Llego a su zona y aparco sin problemas. Contacto con ella y quedamos en 15 minutos, la hora inicialmente prevista. Su piso se encuentra en una importante arteria de la ciudad. Entro en una cafetería para beber agua y pasar por el baño. Frente a su portal veo a dos mujeres hablando. Marco su número de teléfono y me abre. En ese momento, me indica el piso al que debo subir. Me dirijo al ascensor y, veo que me siguen las dos mujeres. En el ascensor, les pregunto a qué piso van. ¡Horror! Al mismo que yo. ¡No me lo puedo creer! Pulso el botón de su piso. Estoy tenso. No quiero coincidir con ellas en el rellano. Decido subir dos pisos más. Salgo del ascensor y bajo por las escaleras. Escucho voces. Las señoras están con la puerta abierta. Parece que están enseñando el piso para alquilarlo. ¡Hay que joderse! Llamo a Nuria y le explico lo que pasa. Me disculpo por el contratiempo. Aunque no es mi ciudad y nadie me conoce, no quiero volver a coincidir con las dos señoras. Finalmente, entran y cierran la puerta del piso.
La situación me ha puesto nervioso. Tengo ganas de entrar en el piso de Nuria. Bajo y me abre la puerta. Ella se esconde detrás de la misma. Atravieso el umbral de la puerta y ésta se cierra. Me siento aliviado. Y totalmente impactado. ¡¡Explosiva!!… así es como definiría a Nuria. Rubia, alta y con curvas de infarto. Conjunto de ropa interior y tacones, esa es toda su vestimenta. No sé dónde mirar. Al final, me atrapan sus impresionantes tetas. Dos besos y me conduce hasta el cuarto. Atravesamos el pasillo en forma de L y llegamos a su guarida. La habitación es grande. Pocos muebles de estilo moderno. Cama grande en el centro. Buen ambiente. Música sonando y persianas parcialmente cerradas. La iluminación es tenue y sexy, con lámparas led en la zona de la cama. Todo está ordenado y limpio. Me gusta.
Cuelgo la chaqueta en la percha que hay tras la puerta. Nuria es amable, aunque mantiene su postura distante. Parece que te la tienes que ganar. No hay problema. Ya habíamos acordado el tiempo que me quedaría y lo que esperaba de la cita. Por tanto, nada que hablar en este sentido. Le digo que vengo limpio y aseado, que no necesito pasar por el baño. “Quítate la ropa”… me dice Nuria. Lo hago, pero mantengo los bóxer. Ella en cambio, se lo quita todo. Sujetador y tanga. Exhibe cuerpazo. Se me cae la baba pero intento disimular. Culazo potente, 100% brasileiro. Tetas perfectas, grandes y de aspecto totalmente natural. De las más bonitas que he visto. Areola grande y oscura. El bronceado de piel le queda de miedo. Me fijo en los tatoos que adornan su cuerpo. Los conozco por fotos. Me fijo en sus manos, femeninas y cuidadas. Uñas en plateado metálico.
Su manera de moverse, sus gestos y su mirada, transmiten seguridad. Sabe lo que hace. Poco a poco, la veo más suelta. Junta su cuerpo al mío y me acaricia. Yo hago lo mismo. Empiezo por sus pechos y su cuello. Al tacto, su piel es una maravilla. Exquisitamente suave. “¿Cuándo quieres la lluvia?”… pregunta sacando un tema que habíamos hablado por teléfono. “¿Ahora o al final?”… añade. “Creo que al final, aunque dejo que lo decidas tú”… respondo. “Me gustan las chicas malas y un poco mandonas”… añado. Mi comentario, arranca una sonrisa cómplice en Nuria. De inmediato, toma la iniciativa. “Ponte de rodillas y cómeme la polla”… escucho. Me voy al suelo y ella se mantiene en pie. Traigo un caramelo Halls en mi boca. Lo muerdo para hacerlo desaparecer y empezar a saborear su cuerpazo. Observo la depilación total de sus partes íntimas. “Me acabo el caramelo y empiezo con el tuyo”… digo. “¿Es de menta?”… pregunta ella. “Sí. ¿Pasa algo?”… respondo. “Sí. Ve un momento al baño y enjuágate la boca con agua”…. me dice. Me explica que su depilación es muy reciente y la menta podría hacer que le ardiera la piel. Ningún problema. Ella misma me guía hasta el baño.
Superada la anécdota, regresamos al cuarto y volvemos donde lo habíamos dejado. Nuria es cada vez más cercana. Cubro sus preciosos pechos con mis manos. Manoseo y compruebo lo blandos que resultan al tacto. “Me encantan tus tetas”… le digo. Masajeo y chupo pezones. Riquísimos. Pero Nuria quiere otra cosa. Con suavidad, empuja mis hombros hacia abajo. Quedo arrodillado ante ella. Admiro su preciosa sorpresa en estado de relax. Agarro con mi mano y acerco mi boca hasta su glande. Le doy varios lengüetazos. La introduzco en mi boca aún relajada. Su respuesta es inmediata. En cuestión de segundos, coge volumen y me llena la boca. Nuria empieza a moverse. Adelante y atrás, con suavidad y sensualidad. Siento su dureza. La saco de mi boca. Quiero excitarme al mirarla. No solo hay dureza. Su tamaño es considerable. Golpeo contra mi lengua varias veces y vuelvo a tragar. Nuria se va calentando. La suavidad inicial se evapora y me folla la boca con ganas. Con sus manos en mi cabeza, se adueña de la situación. Me la clava hasta el fondo y aguanta la posición. Tantea mis habilidades tragonas. Llegan mis arcadas. Su polla, con más volumen del que esperaba, adquiere una dureza bestial. La saco de mi boca y brilla. Está embadurnada en saliva. “¡Menudo pollón!”… digo sorprendido. “Abre bien la boca”… responde ella. Quiere garganta profunda y tengo problemas. “La tienes muy grande. No me cabe entera”… digo. “Claro que te cabe. Túmbate boca arriba y verás”… contesta ella. “¿Lo probamos?”… suelto envalentonado por la excitación. “Túmbate aquí, con la cabeza en el borde de la cama”… ordena Nuria señalando dónde me quiere. Obedezco y quedo en sentido transversal. Ella está de pie, junto a mi cabeza. Abro la boca sabiendo lo que me espera. Nuria me enchufa su misil. Tenía razón, me cabe toda entera. Su follada de boca es salvaje. En esta postura, estoy vendido. Me atraganto y tengo algún problema para respirar. Sin embargo, me pone verme así. Nuria se crece al tiempo que se va calentando. Con el ímpetu, acaba encima de la cama, tumbada sobre mí. Postura del 69 conmigo abajo, tragando polla sin descanso. Ella me pajea. Siento sus dedos cerca de mi culo. Juega con ellos. En algún momento, y sin ser del todo consciente, he perdido los bóxer.
Cambio de postura. “Ponte cómodo y me la comes más”… dice recostándose en el cabecero de la cama. Obedezco mientras manoseo sus tetas. Pellizco pezones. De nuevo, ella marca el ritmo con sus manos en mi cabeza. Estoy perplejo ante el tamaño de la polla que tengo en la boca. En fotos y en vídeos no me parecía tan grande. Vuelve a buscar mi culo con sus dedos. Esta vez, empieza a follarme con ellos. Me encanta sentirlos dentro de mí.
“Voy a follarme ese culito”… escucho mientras me da unas palmaditas en mis nalgas. La veo muy cachonda. Coge un condón y abre el precinto empleando sus dientes. Sin prisas, enfunda su misil. Lubrica sus dedos y los introduce en mi culo. Me excita tanto su juego, que estoy a punto de correrme. Controlo el calentón. Nuria pone lubricante en la punta de su polla. Estoy cachondo y también asustado. Hace tiempo que no me encula un pollón y todo indica que Nuria es cañera. Coloca un cojín en mi espalda. Pone interés en elevar mi culo al máximo. Sabe lo que quiere. Coloca mis piernas en sus hombros y prepara su asalto. A su primer empujón, mi culo ofrece resistencia. Empuja más fuerte y acaba con ella. Penetra hasta el fondo. Dolor y placer en mi interior. “Fóllame con suavidad, de momento”… pido esperando ser escuchado. Nuria bombea lentamente. Con maestría, dilata mi cerrado culo. La saca parcialmente y deja caer saliva sobre su polla. Vuelve a entrar. ¡Menudo morbazo!… pienso para mí. Tras el bombeo suave, llegan sacudidas cada vez más fuertes. No puedo evitar chillar cuando me la mete hasta el fondo. A ella le da igual. Taladrea sin piedad. Siento sus caderas golpeando mis nalgas. El “plas, plas, plas” de su follada se impone al sonido de la música. Chillo y encajo sus potentes embestidas. ¡Cómo folla esta tía!… pienso para mí. Permanece quieta con su polla bien dentro de mí. Estudia la expresión de mi cara. Tras la pausa, vuelve a darme con potencia. Inclina su cuerpo y se tumba sobre mí. Sus tetas rozan mis pezones. Sale de mi culo, pasea la punta de su polla por la zona y vuelve a entrar. Todo ello, sin emplear sus manos. Escupe en mi polla y me pajea al ritmo de su bombeo. Más morbo. El sexo con Nuria se vuelve cerdete y cada vez más intenso.
Sale y comprueba que todo está en orden. Vuelve a clavármela. Cambios de ritmo. Sale y entra. Retuerce mis pezones. Me maneja como quiere. Abre mis piernas, las cierra, me pone de lado. Nuria es cada vez más dominante y mi erección es total. Y mi culo es suyo. Me folla sin contemplaciones. Me pajeo. Pone sus manos en mi cara y mete los dedos en mi boca. Siento sus uñas en mi lengua. Sigue dándome fuerte. Su actitud me pone mucho. “Szi siguesz aszi me voy a correr”… digo como puedo. En lugar de aflojar, me da más caña, subiendo el ritmo de sus sacudidas. Me rompe el culo a pollazos y me folla la boca con sus dedos. No puedo dilatar mi orgasmo. Exploto al ritmo de sus embestidas. ¡Qué gozada! Debido a la paja que me he hecho antes de coger el coche, mi corrida no es copiosa. Aún así, mi vientre queda salpicado de leche. Y mi cuerpo empapado en sudor. Quedo exhausto. Nuria sale de mí. Me pasa varios papeles y toallitas para que me limpie. Ella misma limpia la zona asaltada con una toallita. “Veo que estás perfectamente limpio”… escucho. Con la follada que me ha pegado, tiene su mérito.
Tras el intenso polvazo, charla en la cama. Ahí es cuando abandona su coraza descubro a una Nuria muy maja. Entiendo que sea así porque la vida le ha dado motivos. Pasamos de un tema a otro. Mientras conversamos, acaricio su cuerpo. Es un gustazo sentir la suavidad de su piel en las yemas de tus dedos. En mitad de la charla, Nuria recuerda lo que habíamos apalabrado. Está dispuesta a regalarme su lluvia. Agradezco sus palabras pero siento que ha pasado el momento. Lo dejamos para otro día y le doy las gracias. Detalles así, miden la profesionalidad y el grado de implicación de una escort.
Estoy muy a gusto con ella pero nos pasamos del tiempo acordado. No quiero abusar de su confianza. Me visto y me preparo para volver a la realidad. Nuria me acompaña hasta la puerta, mete mano en mi paquete y me despide con un pico. “Ciao baby”… escucho como despedida. En resumen, excelente primera cita con Nuria. Las expectativas eran altas y las ha superado. Solo me arrepiento de una cosa. No haber quedado antes con ella.
Hace tiempo que Nuria Lewinsky me ponía. Y mucho. Tiene un cuerpazo de escándalo y una mirada que incita al pecado. Además, su evolución con los años es algo espectacular. Nuria está cada día más buena. En sus escenas porno está cañón. Ahora, se sale. Por otro lado, sus referencias aquí y en otras páginas eran buenas. Tarde o temprano nuestros caminos se cruzarían. Lo que aquí relato pasó hace justo un mes.
Estoy pasando unos días cerca de Valencia. Es el momento de conocerla. Marco su número y contesta a la primera. Nuria se muestra correcta y un tanto seria. Explica sus servicios y resuelve mis dudas, pero lo hace sin demasiada emoción. Supongo que pensará que no voy a ir a verla. Se equivoca. Me gusta la seguridad que transmite al hablar. Le digo que volveré a llama el día siguiente para cerrar la cita. Lo haré una hora antes, el tiempo que necesito para desplazarme en coche hasta Valencia.
Tercer martes de abril. Media tarde. Una vez estoy listo, marco su número y confirmo la cita. Le digo que quiero pasar una hora con ella. Eso lo tengo claro. Por el camino, nervios y excitación. Como toda primera vez con una chica. Intuyo que irá bien, aunque al teléfono sigue mostrando una cara seria. Llego a su zona y aparco sin problemas. Contacto con ella y quedamos en 15 minutos, la hora inicialmente prevista. Su piso se encuentra en una importante arteria de la ciudad. Entro en una cafetería para beber agua y pasar por el baño. Frente a su portal veo a dos mujeres hablando. Marco su número de teléfono y me abre. En ese momento, me indica el piso al que debo subir. Me dirijo al ascensor y, veo que me siguen las dos mujeres. En el ascensor, les pregunto a qué piso van. ¡Horror! Al mismo que yo. ¡No me lo puedo creer! Pulso el botón de su piso. Estoy tenso. No quiero coincidir con ellas en el rellano. Decido subir dos pisos más. Salgo del ascensor y bajo por las escaleras. Escucho voces. Las señoras están con la puerta abierta. Parece que están enseñando el piso para alquilarlo. ¡Hay que joderse! Llamo a Nuria y le explico lo que pasa. Me disculpo por el contratiempo. Aunque no es mi ciudad y nadie me conoce, no quiero volver a coincidir con las dos señoras. Finalmente, entran y cierran la puerta del piso.
La situación me ha puesto nervioso. Tengo ganas de entrar en el piso de Nuria. Bajo y me abre la puerta. Ella se esconde detrás de la misma. Atravieso el umbral de la puerta y ésta se cierra. Me siento aliviado. Y totalmente impactado. ¡¡Explosiva!!… así es como definiría a Nuria. Rubia, alta y con curvas de infarto. Conjunto de ropa interior y tacones, esa es toda su vestimenta. No sé dónde mirar. Al final, me atrapan sus impresionantes tetas. Dos besos y me conduce hasta el cuarto. Atravesamos el pasillo en forma de L y llegamos a su guarida. La habitación es grande. Pocos muebles de estilo moderno. Cama grande en el centro. Buen ambiente. Música sonando y persianas parcialmente cerradas. La iluminación es tenue y sexy, con lámparas led en la zona de la cama. Todo está ordenado y limpio. Me gusta.
Cuelgo la chaqueta en la percha que hay tras la puerta. Nuria es amable, aunque mantiene su postura distante. Parece que te la tienes que ganar. No hay problema. Ya habíamos acordado el tiempo que me quedaría y lo que esperaba de la cita. Por tanto, nada que hablar en este sentido. Le digo que vengo limpio y aseado, que no necesito pasar por el baño. “Quítate la ropa”… me dice Nuria. Lo hago, pero mantengo los bóxer. Ella en cambio, se lo quita todo. Sujetador y tanga. Exhibe cuerpazo. Se me cae la baba pero intento disimular. Culazo potente, 100% brasileiro. Tetas perfectas, grandes y de aspecto totalmente natural. De las más bonitas que he visto. Areola grande y oscura. El bronceado de piel le queda de miedo. Me fijo en los tatoos que adornan su cuerpo. Los conozco por fotos. Me fijo en sus manos, femeninas y cuidadas. Uñas en plateado metálico.
Su manera de moverse, sus gestos y su mirada, transmiten seguridad. Sabe lo que hace. Poco a poco, la veo más suelta. Junta su cuerpo al mío y me acaricia. Yo hago lo mismo. Empiezo por sus pechos y su cuello. Al tacto, su piel es una maravilla. Exquisitamente suave. “¿Cuándo quieres la lluvia?”… pregunta sacando un tema que habíamos hablado por teléfono. “¿Ahora o al final?”… añade. “Creo que al final, aunque dejo que lo decidas tú”… respondo. “Me gustan las chicas malas y un poco mandonas”… añado. Mi comentario, arranca una sonrisa cómplice en Nuria. De inmediato, toma la iniciativa. “Ponte de rodillas y cómeme la polla”… escucho. Me voy al suelo y ella se mantiene en pie. Traigo un caramelo Halls en mi boca. Lo muerdo para hacerlo desaparecer y empezar a saborear su cuerpazo. Observo la depilación total de sus partes íntimas. “Me acabo el caramelo y empiezo con el tuyo”… digo. “¿Es de menta?”… pregunta ella. “Sí. ¿Pasa algo?”… respondo. “Sí. Ve un momento al baño y enjuágate la boca con agua”…. me dice. Me explica que su depilación es muy reciente y la menta podría hacer que le ardiera la piel. Ningún problema. Ella misma me guía hasta el baño.
Superada la anécdota, regresamos al cuarto y volvemos donde lo habíamos dejado. Nuria es cada vez más cercana. Cubro sus preciosos pechos con mis manos. Manoseo y compruebo lo blandos que resultan al tacto. “Me encantan tus tetas”… le digo. Masajeo y chupo pezones. Riquísimos. Pero Nuria quiere otra cosa. Con suavidad, empuja mis hombros hacia abajo. Quedo arrodillado ante ella. Admiro su preciosa sorpresa en estado de relax. Agarro con mi mano y acerco mi boca hasta su glande. Le doy varios lengüetazos. La introduzco en mi boca aún relajada. Su respuesta es inmediata. En cuestión de segundos, coge volumen y me llena la boca. Nuria empieza a moverse. Adelante y atrás, con suavidad y sensualidad. Siento su dureza. La saco de mi boca. Quiero excitarme al mirarla. No solo hay dureza. Su tamaño es considerable. Golpeo contra mi lengua varias veces y vuelvo a tragar. Nuria se va calentando. La suavidad inicial se evapora y me folla la boca con ganas. Con sus manos en mi cabeza, se adueña de la situación. Me la clava hasta el fondo y aguanta la posición. Tantea mis habilidades tragonas. Llegan mis arcadas. Su polla, con más volumen del que esperaba, adquiere una dureza bestial. La saco de mi boca y brilla. Está embadurnada en saliva. “¡Menudo pollón!”… digo sorprendido. “Abre bien la boca”… responde ella. Quiere garganta profunda y tengo problemas. “La tienes muy grande. No me cabe entera”… digo. “Claro que te cabe. Túmbate boca arriba y verás”… contesta ella. “¿Lo probamos?”… suelto envalentonado por la excitación. “Túmbate aquí, con la cabeza en el borde de la cama”… ordena Nuria señalando dónde me quiere. Obedezco y quedo en sentido transversal. Ella está de pie, junto a mi cabeza. Abro la boca sabiendo lo que me espera. Nuria me enchufa su misil. Tenía razón, me cabe toda entera. Su follada de boca es salvaje. En esta postura, estoy vendido. Me atraganto y tengo algún problema para respirar. Sin embargo, me pone verme así. Nuria se crece al tiempo que se va calentando. Con el ímpetu, acaba encima de la cama, tumbada sobre mí. Postura del 69 conmigo abajo, tragando polla sin descanso. Ella me pajea. Siento sus dedos cerca de mi culo. Juega con ellos. En algún momento, y sin ser del todo consciente, he perdido los bóxer.
Cambio de postura. “Ponte cómodo y me la comes más”… dice recostándose en el cabecero de la cama. Obedezco mientras manoseo sus tetas. Pellizco pezones. De nuevo, ella marca el ritmo con sus manos en mi cabeza. Estoy perplejo ante el tamaño de la polla que tengo en la boca. En fotos y en vídeos no me parecía tan grande. Vuelve a buscar mi culo con sus dedos. Esta vez, empieza a follarme con ellos. Me encanta sentirlos dentro de mí.
“Voy a follarme ese culito”… escucho mientras me da unas palmaditas en mis nalgas. La veo muy cachonda. Coge un condón y abre el precinto empleando sus dientes. Sin prisas, enfunda su misil. Lubrica sus dedos y los introduce en mi culo. Me excita tanto su juego, que estoy a punto de correrme. Controlo el calentón. Nuria pone lubricante en la punta de su polla. Estoy cachondo y también asustado. Hace tiempo que no me encula un pollón y todo indica que Nuria es cañera. Coloca un cojín en mi espalda. Pone interés en elevar mi culo al máximo. Sabe lo que quiere. Coloca mis piernas en sus hombros y prepara su asalto. A su primer empujón, mi culo ofrece resistencia. Empuja más fuerte y acaba con ella. Penetra hasta el fondo. Dolor y placer en mi interior. “Fóllame con suavidad, de momento”… pido esperando ser escuchado. Nuria bombea lentamente. Con maestría, dilata mi cerrado culo. La saca parcialmente y deja caer saliva sobre su polla. Vuelve a entrar. ¡Menudo morbazo!… pienso para mí. Tras el bombeo suave, llegan sacudidas cada vez más fuertes. No puedo evitar chillar cuando me la mete hasta el fondo. A ella le da igual. Taladrea sin piedad. Siento sus caderas golpeando mis nalgas. El “plas, plas, plas” de su follada se impone al sonido de la música. Chillo y encajo sus potentes embestidas. ¡Cómo folla esta tía!… pienso para mí. Permanece quieta con su polla bien dentro de mí. Estudia la expresión de mi cara. Tras la pausa, vuelve a darme con potencia. Inclina su cuerpo y se tumba sobre mí. Sus tetas rozan mis pezones. Sale de mi culo, pasea la punta de su polla por la zona y vuelve a entrar. Todo ello, sin emplear sus manos. Escupe en mi polla y me pajea al ritmo de su bombeo. Más morbo. El sexo con Nuria se vuelve cerdete y cada vez más intenso.
Sale y comprueba que todo está en orden. Vuelve a clavármela. Cambios de ritmo. Sale y entra. Retuerce mis pezones. Me maneja como quiere. Abre mis piernas, las cierra, me pone de lado. Nuria es cada vez más dominante y mi erección es total. Y mi culo es suyo. Me folla sin contemplaciones. Me pajeo. Pone sus manos en mi cara y mete los dedos en mi boca. Siento sus uñas en mi lengua. Sigue dándome fuerte. Su actitud me pone mucho. “Szi siguesz aszi me voy a correr”… digo como puedo. En lugar de aflojar, me da más caña, subiendo el ritmo de sus sacudidas. Me rompe el culo a pollazos y me folla la boca con sus dedos. No puedo dilatar mi orgasmo. Exploto al ritmo de sus embestidas. ¡Qué gozada! Debido a la paja que me he hecho antes de coger el coche, mi corrida no es copiosa. Aún así, mi vientre queda salpicado de leche. Y mi cuerpo empapado en sudor. Quedo exhausto. Nuria sale de mí. Me pasa varios papeles y toallitas para que me limpie. Ella misma limpia la zona asaltada con una toallita. “Veo que estás perfectamente limpio”… escucho. Con la follada que me ha pegado, tiene su mérito.
Tras el intenso polvazo, charla en la cama. Ahí es cuando abandona su coraza descubro a una Nuria muy maja. Entiendo que sea así porque la vida le ha dado motivos. Pasamos de un tema a otro. Mientras conversamos, acaricio su cuerpo. Es un gustazo sentir la suavidad de su piel en las yemas de tus dedos. En mitad de la charla, Nuria recuerda lo que habíamos apalabrado. Está dispuesta a regalarme su lluvia. Agradezco sus palabras pero siento que ha pasado el momento. Lo dejamos para otro día y le doy las gracias. Detalles así, miden la profesionalidad y el grado de implicación de una escort.
Estoy muy a gusto con ella pero nos pasamos del tiempo acordado. No quiero abusar de su confianza. Me visto y me preparo para volver a la realidad. Nuria me acompaña hasta la puerta, mete mano en mi paquete y me despide con un pico. “Ciao baby”… escucho como despedida. En resumen, excelente primera cita con Nuria. Las expectativas eran altas y las ha superado. Solo me arrepiento de una cosa. No haber quedado antes con ella.
Added on May 21, 2017 at 12:00 am